viernes, julio 27, 2012

A Quemarropa (y 3)


Un ladrador crepuscular se coló en la orquestada recepción gijonesa al Tren Negro. Podríamos invitar a identificarlo, pero resulta demasiado sencillo: Robert Juan-Cantavella tiene más pelo, Kim Newman luce sombrero y Elia Barceló y Cristina Macía son mucho más guapas...

miércoles, julio 25, 2012

"Una cuestión de fe" de Enric González (Libros del K.O.)

Lo que cuenta: Además de excelente periodista, Enric González es simpatizante del Espanyol. Si bien el segundo atributo por sí solo demuestra que nadie es perfecto, la mezcla de ambos se traduce en un delicioso repaso a los 45 últimos años de historia blanquiazul (con Leverkusen y el adiós a Sarrià como episodios estelares) y una serie de juiciosas reflexiones sobre lo mucho que llega a dar de sí el llamado deporte rey.

El ya tradicional pero: Que este (o cualquier otro) libro de Enric González se quede en 67 páginas de formato mini equivale a limitar a 43 minutos el visionado de un film de Christopher Nolan. Tanto el autor como el tema merecerían mayor desarrollo.

Razones para el regocijo: Pasen, pasen y lean: "Los desastres no son inevitables. No cuesta nada concebir un universo paralelo en el que Adolf Hitler se dedica a pintar acuarelas, Josif Stalin se queda en el seminario y Javier Clemente va a Leverkusen, en los suburbios de Colonia, a jugar al fútbol". González, genio y figura.

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lunes, julio 23, 2012

"The Dark Knight Rises" de Christopher Nolan



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Para ulular lastimeramente:
 

Que, una vez más, Nolan decida no narrar cinematográficamente los saltos temporales: ni un mísero fundido a negro marca las muchas elipsis del film. Que, en los procelosos tiempos que corren, se pueda realizar una lectura del film en clave reaccionaria. Y la autocensura propia de una superproducción de estas características: el régimen de Bane no angustia lo que debería porque se pasa de puntillas sobre su violencia cuando esta no admite un tratamiento espectacular (compárese la secuencia del kick-off en el campo de fútbol americano con, por ejemplo, el plano muy general de los cuerpos que cuelgan del puente), por no hablar del tono complaciente y convencional de parte del epílogo.          

Para aullar efusivamente:
Que, tras el festival vivido gracias a Heath Ledger y su Joker, la trilogía cierre con un villano de altura: al igual que Anthony Hopkins en su célebre aparición como Hannibal Lecter, Tom Hardy trasciende el handicap de la máscara para aterrar desde su mirada misma, por no hablar de su músculo, lenguaje corporal o voz. Que aquí se preste un poco más de atención a Batman [ver siguiente apartado]. El pulso de Nolan para las secuencias de destrucción épica: de nuevo, la explosión del hospital de Gotham (recuerden al Joker peleándose con el control remoto) halla aquí debido parangón en el desmoronamiento del estadio y los puentes de la ciudad. Lo bien construido que está el personaje de Catwoman y lo mejor aún que lo encarna Anne Hathaway. Hans Zimmer y sus coros, claro. Y que, tras tres películas y casi ocho horas de metraje, uno abandone la sala deseando saber qué sucede con el personaje de Joseph Gordon-Levitt.      


El juicio crepuscular: 

Christopher Nolan ha dedicado tres películas batmanianas a hablar de cualquier cosa menos Batman. Y uno debe confesar que no acabó de comprenderlo hasta enfrentarse a este cierre: su murciélago fue (casi) siempre una sombra, un muerto en vida, un símbolo de Gotham que sólo se llenaba de contenido frente al villano de turno; de ahí que en ocasiones haya parecido un invitado a su propia fiesta, de ahí la preponderancia de la ciudad como personaje, de ahí que el Joker y Bane e incluso Catwoman recibieran mejor tratamiento, mayor profundidad, más cuerpo. The Dark Knight Rises tropieza en las mismas piedras que sus predecesores, pero ha aprendido a evitar algunas y se erige en notable punto final para la mejor serie que haya vivido el personaje: fue siempre adulta y las concesiones de este episodio (los saltos geográficos, la Batinave, incluso la secuencia del comisionado Gordon con la bomba) serán fácilmente perdonadas a la voz de "vamos, hombre, si no deja de ser un cómic"...       

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jueves, julio 19, 2012

miércoles, julio 18, 2012

lunes, julio 16, 2012

"The Amazing Spider-Man" de Marc Webb

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Para ulular lastimeramente:
 

Que, tras su notable y muy noble esfuerzo por dotar de profundidad y verosimilitud a los personajes, el guión fuerce la credulidad del espectador con atajos como el pluriempleo de Gwen Stacy (compañera de clase de Peter e hija del jefe de policía, vale, pero también becaria en Oscorp) o la súbita conversión del héroe en un as de la ingeniería genética. Que nos cueste media hora creer que Emma Stone tiene 17 años. Y, en definitiva, los típicos peajes de una superproducción de estas características, con esos pequeños saltos narrativos que evidencian las varias escenas que se han quedado en la sala de montaje referentes a la relación de la pareja protagonista y la evolución de la locura del Dr. Connors.        

Para aullar efusivamente:
Andrew Garfield por ser, sencillamente, Spider-Man (sus expresiones, su lenguaje corporal, su todo...). El ya citado desarrollo de los personajes. Lo muy bien puestos que están casi todos los secundarios (con mención especial para Martin Sheen y Denis Leary). La sensación de que los efectos especiales acompañan a la película, en vez de tirar de ella. Su sutil y sabio aprovechamiento de algunos de los hallazgos de la trilogía de Sam Raimi. Y que, tras bordar las secuencias intimistas, Marc Webb no desentone en las de acción.     


El juicio crepuscular:
No es el Batman de Nolan y tampoco la telaraña de la Shelob de Tolkien, pero la película atrapa mucho más que moscas durante sus 136 minutos de metraje. Manteniéndose siempre fiel al cómic, ofrece un Spider-Man del siglo XXI con picos de inspiración / homenaje como la secuencia del funeral o el consabido cameo de Stan Lee. Y su picadura contagia las ganas por descubrir qué derroteros toma la serie en sus próximos episodios.      

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jueves, julio 12, 2012

"Twin Peaks" por Jeff McMillan


(Ármate, oh lector crepuscular, con un donut, una buena taza de café y este enlace a fin de visitar la página web del ilustrador californiano.)

miércoles, julio 11, 2012

"A Quemarropa" (1)


Mi visita a la edición de este año de la Semana Negra de Gijón se saldó con esta primera mención (pieza superior) y retrato gastrónomico (pieza inferior), documento gráfico de primer orden, este último, pues los tres pelayines retratados no vivieron para contarlo.

lunes, julio 09, 2012

De cómo Boris Bardin llegó a Brasil


Está a punto de aparecer en la tierra del orden, el progreso y el fútbol la primera traducción de Las tres balas de Boris Bardin. La publica el sello Tordesilhas y la portada ha sido obra de Rodrigo Frazão. Muito obrigado y um abraço a todos los que han participado del proyecto.

viernes, julio 06, 2012

"El olor a sangre humana no se me quita..." de Franck Maubert (Acantilado)

Lo que cuenta: Tres años después de haberlo solicitado por vez primera, el crítico de arte y novelista Maubert consigue una cita con Francis Bacon, en ese momento (mediados de los 1980) el pintor más cotizado del mundo. Será el primero de varios encuentros generalmente celebrados en el estudio-domicilio del artista, en torno a una botella de vino (o varias) y con el francés como lengua vehicular.

El ya tradicional pero: Quizá por conocer bien otras obras tan paralelas como previas, quizá porque el material no era para tirar cohetes, Maubert limita la transcripción de sus cinco charlas a apenas 65 páginas, presididas a su vez por un espíritu de apostilla que difícilmente invita a considerar El olor a sangre humana... como una obra de referencia. Y su único apartado claramente original (un ensayo que relaciona al pintor con el célebre filósofo homónimo a través de un texto largamente perdido del segundo sobre la decadencia de los cuerpos) tampoco se nos antoja precisamente un hallazgo.

Razones para el regocijo: Pese a su ya comentada brevedad, el conjunto consigue conformar un retrato bastante razonable del Bacon septuagenario. Su prólogo y referencias bibliográficas, además, sitúan fielmente al personaje e invitan a la lectura tanto del neófito como del experto.

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lunes, julio 02, 2012

El año que fui villano balompédico


El tándem compuesto por Martín Piñol y el ilustrador Votric ha hecho de este ladrador crepuscular un repelente entrenador de fútbol / escritor llamado Milo Kompota en las páginas de Chuletas de dragón, séptimo volumen de la serie La Cocina de los Monstruos. Circunstancia ante la que me declaro muy honrado amistosa, literaria y balompédicamente hablando.