lunes, junio 11, 2012

"Dark Shadows" de Tim Burton

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Para ulular lastimeramente:

Sobre el minuto quince de película, tras un poco inspirado prólogo (del que salimos, si acaso, mascando un parecido razonable con los muelles de Sweeney Todd y el vestido de La novia cadáver), Tim Burton nos ofrece un muy sencillo y efectivo gag (Barnabas Collins colgado boca abajo del capitel de un lecho mientras la anciana sirvienta hace la cama), destello que se anula a sí mismo cuando pasa a repetirse hasta en dos ocasiones durante los treinta segundos siguientes. Es sólo un ejemplo de la falta de ideas y la desidia realizadora que preside esta cinta, para nada ayudada por un guión que parece compuesto de retales dispersos, carente de ritmo e incluso de sentido cronológico, que no presta el menor cuerpo a los personajes y culmina con un rotundo gatillazo. La vulgaridad a la que somete las buenas intenciones de Michelle Pfeiffer es la guinda pasada de un pastel que sabe a argamasa.        


Para aullar efusivamente:
Johnny Depp a partir del minuto cinco, cuando su personaje se convierte en el extraterrestre que el actor tiene toda la pinta de ser en la vida real. Aunque no presente el menor sentido interno, su cópula violenta y voladora con Eva Green. El gag de McDonald's. Y algunos detallitos de dirección artística. 


El juicio crepuscular:
Cual vampiro regresado de una siesta de doscientos años, le sobran legañas y le falta sangre a esta película alimenticia y deslavazada, cuyos mordiscos seducen a ratos pero en ningún momento conllevan el menor peligro. Un título menor en la carrera de Burton del que Depp sale bien parado por hacer en él lo que mejor se le da: ir a su señora bola.      

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