lunes, noviembre 08, 2010

"Srpski film" de Srdjan Spasojevic

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Para ulular lastimeramente:

Ante todo, que algún espectador pueda disfrutar de su visionado: esta no es una película catártica, que cumpla una función de entretenimiento o en modo alguno atractiva; algo falla si no se sale deshecho o indignado de ella. Que su mensaje -porque tiene mensaje- se vea eclipsado por la secuencia del parto, apenas un minuto en torno a la hora de metraje cuya atrocidad hace palidecer al salvajismo que le precede y a las bestialidades que aún le siguen: este ladrador crepuscular tardó una semana larga en escapar a la impresión y, de hecho, un mes después sigue sintiendo que su cuerpo se revela camino de la enfermedad cuando lo recuerda. Finalmente, en términos más estrictamente artísticos, los subrayados de la banda sonora.


Para aullar efusivamente:
Su carácter de denuncia frente a una sociedad, la serbia (el título no es baladí), que tiene serios problemas para aceptar la barbarie de su pasado reciente y que, en efecto, bastante enferma debe hallarse para amparar producciones como la que nos ocupa. ¿Es casual el vestuario paramilitar de los asistentes del realizador demente y el magnate que le financia? ¿Se busca tan sólo la nota exótica al convertir en veterano de la guerra de los Balcanes a uno de los verdugos? ¿Debemos obviar el uso de la violación como elemento de tortura y castigo, no relacionarlo por tanto con lo ocurrido en Bosnia durante la década pasada? El modo en que la preadolescente ansía ser corrompida, el papel de la policía y el destino que sufre el único personaje femenino fuerte de la función, la indefensión total y absoluta que transmite la secuencia final... El simbolismo de Srpski film será de brocha gordísima, pero está ahí y transmite en todo momento una llamada de socorro en torno a la fiebre que amenaza aún a día de hoy a uno de nuestros vecinos europeos.

El juicio crepuscular:
Los tres perritos que cierran esta reseña se pretenden apenas un juicio aproximado referente al balance entre las virtudes y los deméritos cinematográficos de la obra; en ningún momento, pues, aspiran a ser una invitación a que los lectores de este blog se sometan a una experiencia de la que difícilmente saldrán indemnes. Srpski film puede entenderse como un equivalente en clave serbia de los primeros títulos de Almodóvar; no en vano, el país balcánico está viviendo su propia y difícil Transición entre un pasado fascista-asesino y ese futuro liberador cuya meta se encuentra en la entrada a la Unión Europea. El gracejo chillón y colorista del manchego, no obstante, se transforma aquí en un abismo de nihilismo y sangre sin el que, con total honestidad, uno vivirá mejor.

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