lunes, noviembre 29, 2010

DEP


Irvin Kershner (1923-2010) - Realizador del único título de nuestra saga galáctica de cabecera que estuvo bien dirigido y tendría entidad de presentarse individualizado. Mala manera, por cierto, de cerrar el treinta aniversario de ese El Imperio contraataca...

DEP


Leslie William Nielsen (1926-2010) - Galán en su juventud, el trío ZAZ le regaló una madurez desahogada en el terreno del slapstick. El estajanovismo entrenado durante medio siglo de trabajos televisivos (se le cuentan 1.500 apariciones catódicas) no le sentó bien a la última parte de su carrera, pero su desaparición nos lega un último, genial gag: ¡era canadiense!

London Comic-Book Matrix

jueves, noviembre 25, 2010

Fotogramas titulares (21)


El gran David Morrissey se ha convertido para Sky1 en la versión catódica del Thorne de Mark Billingham, detective inglés con tantos esqueletos en la morgue como en el armario de casa. Los primeros tres notables episodios, cortesía realizadora de Stephen Hopkins, se centran en la novela Sleepyhead.

Falling in Love is Hard on the Knees (56)



(Dos temas de Jay-Z, este y el Run This Town que marcó el cierre, fueron los más celebrados durante la sesión DJ que este ladrador crepuscular realizó el pasado viernes en el C3 de Barcelona...)

martes, noviembre 23, 2010

Viñetas de sabiduría popular (2)

"Suomenlinna" de Javier Calvo (2)

La distancia más corta entre la Barcelona folletinesca del siglo XIX y la plasmación contemporánea del mito escandinavo se halla en la pluma de Javier Calvo, autor con ésta de dos, dos de las novelas más interesantes del año, títulos además tan diversos que casi cabe considerarlos opuestos, exuberante el universo gótico-steampunk de Corona de flores (Mondadori) y de corte mucho más contenido e intimista esta Suomenlinna, bautizada según la gélida isla del Báltico finlandés en la que una muchacha, Mirkka Rislakki, gestiona las ansiedades propias de la adolescencia y los desengaños derivados del amor a cualquier edad encerrándose en su habitación para visionar hasta la saciedad The Wicker Man (versión Edward Woodward; no, obviamente, Nicolas Cage), enrocándose junto a un grupo de inadaptados con vocación de banda de death metal y, de últimas, buscando su identidad en una zona gris entre el abrazo a los orgullosos dioses paganos que antaño poblaron el Norte europeo y el desprecio hacia los humildes inmigrantes que hoy día se buscan la vida sobre esas mismas nieves azotadas por la ventisca, conjunto que Calvo, volvamos a él, presenta en diez secuencias contenidas, presididas por una voz narrativa con la lujuriosa personalidad marca de la casa, que en este caso suma capacidad de sugerencia al dejar puertas abiertas para que sea el lector quien remate la faena de un drama breve, dos veces bueno (esto es, notable alto), e insólitamente navideño.

(Esta reseña ha aparecido en el número de noviembre de Go Mag)

jueves, noviembre 18, 2010

My Own Private Top-10 Alien Invasion Movies

Su ladrador crepuscular de cabecera lee estos días L'any de la plaga (La Magrana / RBA) de Marc Pastor. Entre eso y la que se apresta a caer en las salas de cine durante el próximo 2011 (Skyline, Battle: Los Angeles), cómo no darse al noble arte de mentar referentes de cabecera en lo que a visitas extraterrestres (con más o menos malas pulgas) se trata...

Mención catódica especial para: The Monsters Are Due on Maple Street (The Twilight Zone, Season One, Episode 22) de Ronald Winston (1960) / V: The Original Miniseries de Kenneth Johnson (1983)

10) Alien Nation de Graham Baker (1988)
9) Lifeforce de Tobe Hooper (1985)
8) District 9 de Neill Blomkamp (2009)
7) The War of the Worlds de Byron Haskin (1953)
6) Cloverfield de Matt Reeves (2008)
5) Signs de M. Night Shyamalan (2002)
4) War of the Worlds de Steven Spielberg (2005)
3) Close Encounters of the Third Kind de Steven Spielberg (1977)
2) Invasion of the Body Snatchers de Don Siegel (1956)
1) Invaders from Mars de William Cameron Menzies (1953)

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jueves, noviembre 11, 2010

The Greatest Debut Albums of the 1980s

(Según selección del New Musical Express del pasado 6 de noviembre)

1980 - Killing Joke de Killing Joke
1981 - Speak and Spell de Depeche Mode
1982 - The Lexicon of Love de ABC
1983 - Murmur de R.E.M.
1984 - The Smiths de The Smiths
1985 - Psychocandy de The Jesus and Mary Chain
1986 - Licensed to Ill de Beastie Boys
1987 - Appetite for Destruction de Guns N'Roses
1988 - Isn't Anything de My Bloody Valentine
1989 - The Stone Roses de The Stone Roses


miércoles, noviembre 10, 2010

Fotogramas titulares (18)

"Margins" de Paul Smith

Intelectuapop. Paul Smith no ha partido peras con su media naranja musical pero sí es probable que alguna media naranja sentimental se le haya atragantado en tiempos recientes; de ahí esta catártica ópera prima en solitario cual macedonia de chino, con su trocito de piña ya fermentada al que viene a redimir un lichi sorpresa. La cosa funciona cuando Smith suena a Maxïmo Park (North Atlantic Drift), pero aún más cuando Smith parece no echar de menos a Maxïmo Park (Alone I Would Have Dropped); pierde pie, en cambio, con una serie de temas variados, sí; simpáticos, sí; pero que flirtean con la intrascendencia como si de una colección de descartes de la banda madre se tratara (y cuán lejano se halla ya aquel Missing Songs). El fan sabrá del cuaderno (¿era rojo o nos puede la interferencia austeriana?) que el amigo lleva a todas partes para no dejar escapar uno solo de los versos o ideas que se le pasan por la cabeza; en ese sentido, el lema Margins se nos antoja de lo más revelador.

(Esta reseña ha aparecido en el número de noviembre de Go Mag)

lunes, noviembre 08, 2010

"Srpski film" de Srdjan Spasojevic

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Para ulular lastimeramente:

Ante todo, que algún espectador pueda disfrutar de su visionado: esta no es una película catártica, que cumpla una función de entretenimiento o en modo alguno atractiva; algo falla si no se sale deshecho o indignado de ella. Que su mensaje -porque tiene mensaje- se vea eclipsado por la secuencia del parto, apenas un minuto en torno a la hora de metraje cuya atrocidad hace palidecer al salvajismo que le precede y a las bestialidades que aún le siguen: este ladrador crepuscular tardó una semana larga en escapar a la impresión y, de hecho, un mes después sigue sintiendo que su cuerpo se revela camino de la enfermedad cuando lo recuerda. Finalmente, en términos más estrictamente artísticos, los subrayados de la banda sonora.


Para aullar efusivamente:
Su carácter de denuncia frente a una sociedad, la serbia (el título no es baladí), que tiene serios problemas para aceptar la barbarie de su pasado reciente y que, en efecto, bastante enferma debe hallarse para amparar producciones como la que nos ocupa. ¿Es casual el vestuario paramilitar de los asistentes del realizador demente y el magnate que le financia? ¿Se busca tan sólo la nota exótica al convertir en veterano de la guerra de los Balcanes a uno de los verdugos? ¿Debemos obviar el uso de la violación como elemento de tortura y castigo, no relacionarlo por tanto con lo ocurrido en Bosnia durante la década pasada? El modo en que la preadolescente ansía ser corrompida, el papel de la policía y el destino que sufre el único personaje femenino fuerte de la función, la indefensión total y absoluta que transmite la secuencia final... El simbolismo de Srpski film será de brocha gordísima, pero está ahí y transmite en todo momento una llamada de socorro en torno a la fiebre que amenaza aún a día de hoy a uno de nuestros vecinos europeos.

El juicio crepuscular:
Los tres perritos que cierran esta reseña se pretenden apenas un juicio aproximado referente al balance entre las virtudes y los deméritos cinematográficos de la obra; en ningún momento, pues, aspiran a ser una invitación a que los lectores de este blog se sometan a una experiencia de la que difícilmente saldrán indemnes. Srpski film puede entenderse como un equivalente en clave serbia de los primeros títulos de Almodóvar; no en vano, el país balcánico está viviendo su propia y difícil Transición entre un pasado fascista-asesino y ese futuro liberador cuya meta se encuentra en la entrada a la Unión Europea. El gracejo chillón y colorista del manchego, no obstante, se transforma aquí en un abismo de nihilismo y sangre sin el que, con total honestidad, uno vivirá mejor.

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viernes, noviembre 05, 2010

Abuela


A la izquierda, en su adolescencia croata. A la derecha, algo así como setenta años después, el pasado viernes en Vilanova i la Geltrú.

jueves, noviembre 04, 2010

Famous Last (but one) Words (196)

"Estoy harta de que nos hablen del Papa. Que nos lo recuerden una vez a la semana, vale. Pero tía, es que nos hablan de él cada día, cada día..." - Alumna del Jesús y María comentando con una amiga la expectación con que su centro escolar vive la inminente visita del Sumo Pontífice mientras este ladrador crepuscular compraba su desayuno.

"Scott Pilgrim vs. the World" de Edgar Wright

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Para ulular lastimeramente:

Su carácter generacional, que dificultará notablemente a los espectadores mayores de cuarenta años el avanzar más allá de la primera pantalla. Cierto bajón de ritmo inmediatamente antes del tercer acto. Y que su tono juvenil impida a muchos considerarla al nivel de Sin City o 300; esto es, una de las más logradas traslaciones entre la viñeta y la gran pantalla.


Para aullar efusivamente:
El ritmo (atención a las elipsis, muchas de ellas con gag incluido) y la imaginación visual de Edgar Wright, impecable en el añadido de tics comiqueros: pantalla dividida, elementos gráficos, flashbacks ilustrados... Michael Cera, entrañable como neurótico y sorprendentemente convincente como héroe de acción. Kieran Culkin, en un papel que quince años atrás también hubiera bordado Robert Downey Jr. Su diseño de producción, su fotografía y, en definitiva, que el buen hacer de todos los citados en cada uno de los campos resaltados haga que disfrutemos de un film cuyo argumento invitaba, cuando menos, a la duda.

El juicio crepuscular:
Tal y como hablar con un niño pequeño no implica que debamos llenarnos la boca de gugudadas y agós, para hacer cine con el adolescente norteamericano como target principal tampoco resulta indispensable hacer una ingesta de Descerebralín e irse de vacaciones a Sinideaslandia. Los responsables de Scott Pilgrim se comportan en ese sentido y facturan una comedia intrascendente pero encantadora, graciosa y que cae en gracia, ante la que el mismísimo Ferris Bueller arquearía una ceja orgullosa mientras, mirando directamente a cámara -claro-, exclamara: "John Hughes not dead!".

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