jueves, marzo 11, 2010

"The Fourth Kind" de Olatunde Osunsanmi


Photobucket
Para ulular lastimeramente:
Su primera secuencia. Por efectista, por New Age kitsch y, sobre todo, por excesivamente exigente: plantea unos parámetros que expulsarán a muchos espectadores de la película antes de que ésta empiece de verdad. También, su insistencia en que nos la creamos. La primera media hora de Milla Jovovich. Y esa repetición final de las mejores jugadas, del todo innecesaria.


Para aullar efusivamente:
La sensación de que Osunsanmi ha encontrado algo, ha logrado ir más allá de brujas de Blair y actividades paranormales a la hora de conseguir que el público se trague su película (cuando menos el que, insistimos, pese o gracias al prólogo, se haya adentrado en ella). Su uso de la pantalla fragmentada y los momentos de muy notable suspense a que aboca. El terror lovecraftiano que se deriva de una propuesta argumental que mete en un mismo saco a ovnis, posesiones diabólicas y el Dios del Antiguo Testamento. Y dos interpretaciones que nos ponen la pelambrera de punta: la de Will Patton y la de la supuestamente real doctora Abbey Tyler.

El juicio crepuscular:
Hay otros mundos, han estado en éste y de vez en cuando regresan. Provocando situaciones más cercanas a El exorcista y No sin mi hija que a E.T., todo sea dicho. Pero, sinopsis al margen, cabe reconocerle a la propuesta unos bemoles siderales, tanto en lo que debieron de ser unas durísimas negociaciones con el sindicato de actores (para dejar fuera de los títulos de crédito a la mitad del cast... ¿o no?) como en su ruptura unilateral de las pautas de la ficción: este ladrador tiene la sensación crepuscular de que no han sido pocos los críticos que se lo han tomado como una afrenta personal y, por tardar en descubrir a qué aferrarse, han reaccionado hundiendo un film con el mérito inmenso de devolvernos la capacidad de dudar.

Photobucket

No hay comentarios: