domingo, diciembre 14, 2008

Sobre el Barça-Madrid...

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1. El Madrid hizo su partido y lo hizo bien, con intensidad y concentración.

2. Que el partido del Madrid consista a día de hoy en cazar repetidamente a la estrella rival y perder tiempo desde el minuto cinco es otra historia.

3. Entre lesiones y sanciones, el equipo blanco se encontró con un poco afortunado reparto de roles en sus dos únicas, si bien clarísimas, ocasiones. Bastante hizo el debutante Palanca para ganarse la suya. La de Drenthe, en cambio, no era más complicada que esa otra que Messi sí supo definir.

4. Fuera por la euforia arrogante que vivió la Ciudad Condal durante toda la semana, fuera porque el Madrid supo defenderse en lo táctico y en lo físico, el Barça se mostró mucho menos paciente de lo habitual; no consiguió abrir el campo, no exigió a los defensores que iban ganándose la tarjeta amarilla, no encontró a Xavi y perdió demasiados balones en la medular.

5. Bien quizá no, pero mal tampoco: el árbitro mantuvo el criterio en los errores (dos de ellos le permitieron cerrar el partido con veintidós jugadores sobre el terreno de juego), acertó al pitar penalti y puede culpar a su asistente de la no señalización de una segunda pena máxima por manos de Sergio Ramos.

6. Mejor en la segunda parte que en la primera, el Barça ganó por KO: el gol no llegó en la jugada más bonita o mejor trenzada, pero tuvo mucho que ver con el desconcierto de la defensa madridista por la cantidad de golpes que había recibido hasta el momento.

7. Durante 83 minutos, Casillas se creyó el héroe del partido. Al ver perforada su portería perdió la compostura: corte de mangas a Henry por revolotear a su alrededor, salida histérica para protestar un supuesto codazo de Hleb que jamás existió, una amarilla que podría haber sumado roja si sus constantes pérdidas de tiempo hubieran sido penalizadas antes... Esos minutos no sólo emborronan el penalti detenido y demás intervenciones de mérito; además, dan fe de la decepción de un Madrid demasiado necesitado de autoestima.

8. Aunque de los siete puntos precedentes sólo dos menten la actuación azulgrana, lo cierto es que el partido se decantó del lado de quien más quiso parecerse a sí mismo. Y no nos referimos a la presente temporada: fuera bien o mal en la Liga, durante décadas el Barça decidió por coraje y empuje los derbies en terreno propio. Anoche, en cambio, el Madrid se pareció demasiado a, pongamos, el Rácing de Santander. Perdón: en la segunda jornada del actual curso, el Rácing sí acabó sacando un punto del Camp Nou...

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