miércoles, junio 11, 2008

Italia es un (Berlus)calzone

He aquí la noticia: “Cinco años de cárcel para el magistrado que ordene un pinchazo telefónico. (…) Ése es el núcleo duro del proyecto de Ley que el Gobierno italiano quiere aprobar el viernes. El primer ministro, Silvio Berlusconi, trata de esta manera de prohibir a jueces y fiscales el recurso de intervenir los teléfonos de sospechosos salvo en los casos de delitos más graves: terrorismo, mafia y violencia sexual. La medida excluiría los pinchazos como método de recogida de pruebas en los procesos que afectan a crímenes de cuello blanco: corrupción, prevaricación, sobornos, extorsión, estafas o delitos empresariales.” (El País, 10/06/08)

Y he aquí la consiguiente propuesta ladradora-crepuscular: ¿Por qué no elaborar, sencillamente, una ley que otorgue amnistía absoluta y retroactiva a los primeros ministros italianos bajitos y humoristas, adictos al lifting y al trasplante de cabello, amén de a sus familiares, colaboradores, amigos, conocidos, amigos de sus amigos o conocidos y conocidos de sus conocidos o amigos, sin olvidar a los familiares y colaboradores de unos y otros? El Parlamento no sólo ahorraría un montón de tiempo, sino que Berlusconi podría de paso dedicarse en exclusiva a su verdadera vocación: idear chascarrillos con los que entretener a sus compatriotas.


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El hombre que se ríe de todo.

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