viernes, junio 20, 2008

Ahí va un cuarto de bocadillo...

No se cumplió la primera predicción. ¿Por qué? Obviando el carácter eminentemente gafe de su ladrador crepuscular, tres fueron las claves:

1) Minado por las declaraciones en las que Ballack dudaba de su habilidad para el juego aéreo, Ricardo fue un flan en la portería. Se venció media hora antes de que Klose rematara el segundo tanto (de otro modo habría detenido el balón) y efectuó una de las salidas más patéticas que se recuerdan en el tercero.
2) Dos flagrantes errores arbitrales perjudicaron al equipo luso: un penalty no señalado en la primera parte y el empujón que permitió a Ballack marcar el 3-1.
3) Falta de entrenador (Löw había sido expulsado en el partido contra Austria), Alemania se liberó. Puesto que Podolski y Ballack mantuvieron el nivel, el verdadero beneficiado (y motor de la victoria) fue Bastian Schwensteiger.

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