lunes, mayo 19, 2008

Australia dentada

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La breve pero intensa experiencia de este ladrador como londinense crepuscular le enseñó que tan sólo existe una criatura más ruda que el australiano: la australiana. Ambos, por cierto, se las suelen ver en su país de origen con un Dream Team de la fauna potencialmente asesina, desde arañas hasta tiburones pasando por (¡sorpresa!) cocodrilos de agua salada. Y a eso viene precisamente esta introducción, pues la muy barata pero también muy efectiva Black Water (2007, de la dupla realizadora formada por David Nerlich y Andrew Traucki) viene a dar fe de uno de esos enfrentamientos en la cumbre. Para el caso, la historia real de una familia que, en plena excursión fluvial, tras ver cómo un inmenso cocodrilo volcaba su bote y se zampaba a su guía, pasó un par de días en lo alto de un árbol, asediada por el hambriento animal, hasta que... Filmada en vídeo digital, con unos efectos bastante apañados, esta atmosférica peliculita pone también de manifiesto la segunda gran enseñanza cosechada por el crepuscular en su etapa como ladrador londinense: jamás confíes en los nativos de Queensland, trátese de humanos o de reptiles. Quedan avisados...


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